Adoptar un perro como gesto de amor puro e incondicional, que ofrece mucho, que regala, que emociona y crea vínculos, inmediatos y extremamente fuertes.
Él te mira a los ojos, tú lo miras y te das cuenta de que le gustas: no hace falta decir que ya nos ha enamorado.

De cómo ‘Buddy’ nos robó el sofá... y el corazón - mastorrencito
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