Adoptar un perro como gesto de amor puro e incondicional, que ofrece mucho, que regala, que emociona y crea vínculos, inmediatos y extremamente fuertes.
Él te mira a los ojos, tú lo miras y te das cuenta de que le gustas: no hace falta decir que ya nos ha enamorado.
Una página social de un refugio (@adoptaysefeliz), unas fotos que te hacen temblar las piernas por esa carita que pide solo afecto, unas llamadas entre Mario y yo, unos cuantos mensajes y una sola estrategia: rapidez, porque teníamos miedo de que Buddy no completara nuestra familia.De cómo ‘Buddy’ nos robó el sofá... y el corazón - mastorrencito
No hay comentarios:
Publicar un comentario